A la hora de hablar de piques y exceso de velocidad de las motocicletas en las calles de Medellín son tan variadas las denuncias como las zonas en donde, aseguran los ciudadanos, se realizan estas prácticas. Motocicletas paradas en las ruedas traseras y sostenidas así el mayor tiempo posible y dos o más motos compitiendo en velocidad son quejas recurrentes.
“Hacen piques por el Centro automotriz, detrás de Ciudad del Río”, dijo Mauricio Perdomo en el Facebook de EL COLOMBIANO. “En la avenida Las Palmas, miércoles y jueves desde las 7 de la noche”, aseguró Juan Bohórquez. “En el barrio San Rafael de Guayabal, carreras de motos de alto cilindraje entre las 12 de la noche y las 2 de la mañana”, afirmó Gabriel Ángel. “En las noches en Rodeo Alto hacen piques y piruetas”, denunció Alfredo Enrique Lanza y la lista puede seguir.
Las autoridades tienen identificadas las vías de salida o entrada a la ciudad como puntos claves de estas prácticas. La Secretaría de Movilidad de Medellín recibe denuncias ciudadanas y organiza semanalmente operativos con la participación de la Policía.
Las autoridades responden
La semana pasada, por ejemplo, se realizó un operativo en Las Palmas. El coronel John Jairo Rodríguez, comandante Operativo de Seguridad Ciudadana de la Policía Metropolitana, sostuvo que “se obtuvo información del día en que se realizaron los piques clandestinos. Se inmovilizaron 39 motocicletas y se impusieron más de 60 comparendos”.
Carlos Alberto Marín, Subsecretario de Seguridad Vial y Control de la Secretaría de Movilidad de Medellín, confirma que este año su entidad ha realizado 30 operativos para detectar piques en las vías, en los que se han inmovilizado en total 236 motocicletas. Los conductores además recibieron una multa de un salario mínimo mensual legal vigente por hacer piruetas en vía pública.
Tanto la Policía, como la secretaría coinciden en asegurar que uno de los peligros de estas pericias es que se hacen sin protección básica, como un casco, y además en zonas urbanas en donde los motociclistas comparten la vía con otros vehículos y pueden causar accidentes.
Precisamente, la usuaria de Facebook Patricia Quiroz fue víctima de un motociclista, que por hacer una pirueta chocó con su moto y generó un accidente, “yo iba por Las Palmas, de noche, y en una moto. Varias motos subían haciendo piques y, en una de esas piruetas, uno de ellos me tumbó de la moto y siguió. Ni se detuvo a mirar si seguía con vida. Mi moto tuvo pérdida total y los gastos médicos fueron de cuenta de mi Soat”, comenta.
Hablan los motociclistas
Para Mauricio Bermúdez, del Club Deportivo Paskines Stunt, afiliado a la Liga Antioqueña de Motociclismo, los piques y las piruetas, llamadas técnicamente stunts, son prácticas del motociclismo deportivo que se caracterizan por hacer el mayor número de trucos en una sola rueda y se ha incrementado en Medellín de manera profesional con el pasar de los años. Grupos como el suyo buscan que se haga legalmente y no solo con la protección básica de un casco sino con guantes, pechera, rodilleras y coderas.
“La idea es hacerle entender a los aficionados que este deporte se pueden practicar de manera legal, profesional y segura, sin afectar la integridad física de otras personas, ni la propia”, comenta Bermúdez.
Este grupo, que practica el stunt desde hace cuatro años, cerca de los antiguos talleres del Ferrocarril en el municipio de Bello, sostiene que trabaja con personas de todas las edades y de los municipios del Valle de Aburrá para mostrar los piques como una modalidad del motociclismo deportivo; sin embargo, asegura que con el auge (contabilizan cerca de 5 mil personas que practican el deporte en la zona) se hace urgente que existan más espacios para que no sean las calles de la ciudad los lugares de práctica de estos aficionados.
“Hemos hablado con la Alcaldía de Medellín, con concejales, pero todo se queda en anotaciones en un papel, no trasciende a nada más. Solo el Inder se arriesgó con el programa Adrenalina y cerró las calles de diferentes lugares de la ciudad para dar un espacio a los deportes a motor. Pero, en realidad, hace falta voluntad política y compromiso”, concluye Bermúdez.