
Los organismos multilaterales, en el plano político, militar, social y económico, son importantes actores cuya acción constriñen las potencias.
Pese a la valiosa experiencia que significó su creación, tras la Segunda Guerra Mundial, los organismos internacionales tienen una acción limitada.
Es un hecho inobjetable que la formación de organismos multilaterales y multinacionales, especialmente desde la terminación de la Segunda Guerra Mundial, es un avance importante en el manejo y posibilidades de progreso para los humanos, las otras especies y para el planeta mismo.
El hecho que los estados nacionales, que fueron casi exclusivamente los únicos actores del orden internacional, hayan aceptado y apoyado la existencia de otras esferas que compartan el ejercicio del poder, es una circunstancia novedosa en la historia y sin duda una oportunidad.
Sin embargo, sería peligroso, irresponsable y poco útil para el futuro de estas mismas organizaciones desconocer que el poder real de dichos organismos es limitado y en muchas ocasiones y ámbitos, solamente retórico, no por culpa de los mismos, sino porque su capacidad real está en relación directa con el poder material que los estados les otorguen, y porque una parte importante de las decisiones de estos organismos son sugerencias y propuestas que no son necesariamente vinculantes ni obligatorias. Incluso porque en los casos de decisiones obligatorias, dichos organismos no siempre están dotados de los "dientes" para disuadir y castigar a quienes deciden no aceptarlas y obedecerlas.
Por eso lo más sensato puede ser, aceptando que la existencia de dichas organizaciones es valiosa y debe mantenerse y mejorarse, no sobreestimar su capacidad, sobre todo en algunos temas, pues el poder sigue reposando en gran medida en los intereses y capacidades de los estados, que aceptarán las decisiones de los organismos multinacionales si obtienen algún beneficio o si el costo de incumplirlas o no aceptarlas es alto.
En los últimos años han aparecido con fuerza dos factores que pueden afectarlas negativamente. Por un lado la proliferación de organismos subregionales que están minando el poder y efectividad de las instituciones con mayor cubrimiento geográfico y también el surgimiento, casi viral, de otros organismos que están compitiendo en cierta medida con estas organizaciones multilaterales y han asumido funciones similares en muchas partes del mundo, como son las Ong, de las que hay buenas y eficientes hasta malas y perversas.
Aceptando que las Ong llegaron para quedarse y también harán parte del escenario global, es evidente que se está presentando un problema con ellas, que es la excesiva cantidad de las mismas, que están duplicando los esfuerzos pero reduciendo la efectividad final, así como la falta de control sobre su administración, financiación y los intereses reales que las animan. Por tal motivo uno podría pensar que buscando un manejo más eficiente e integral, es mucho mejor confiar en las organizaciones multinacionales.
El futuro de estas organizaciones no es fácil, porque los problemas mencionados están minando su credibilidad y podrían perder parte de su apoyo y financiación, pero en vista de las alternativas que pudiesen reemplazarlas y que el proceso de globalización está en marcha, generando una nueva clase de humanos que son más "terrícolas" que antes, es posible pensar que con las reformas necesarias, van a encontrar unas circunstancias favorables para su consolidación y evolución.
* Centro de Pensamiento Estratégico Universidad EAFIT
DICEN DE...
LAS ESFERAS DEL PODER
Los organismos internacionales son esferas de un poder supranacional que toma decisiones de gran repercusión social. Sin embargo, en el avance del mundo hacia la multilateralidad sigue siendo muy alto el poder de las potencias que desligitima estos organismos o los hace inoperantes como en el caso de la ONU y la OEA, y con acción de grupos como G-8 y G-20.
Otros tienen gran incidencia en la globalización económica como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio (OMC), incluso con la imposición de penosos ajustes estructurales.