La vida para Carlos David Palacio cambió en 2011. Y no precisamente por un hecho desafortunado, por el contrario, el conocer otras culturas y en general, tener la experiencia de vivir en Australia, lo llevaron a comprender la realidad del mundo de otra manera. Culturas, religiones, idiomas y personas de diferentes países se le cruzaron por delante y el valor de esa experiencia lo sigue agradeciendo hoy, varios años después.
Durante siete años se preparó como periodista en la Universidad de Antioquia, pero finalmente sabía que el toque a su carrera profesional y en especial a su vida se la pondría un viaje al exterior. Sin pensarlo mucho y apelando a su inquietud emprendió el largo recorrido y como se dice popularmente, se fue al “otro lado del charco” lejos de su familia, sus amigos y de la vida que llevaba en Envigado para aprender inglés en Sídney, Australia.
“En Colombia todavía tenemos una mentalidad muy provinciana. Cuando uno sale del país y empieza a vivir con otras culturas y a conocer otros países que son llenos de gente de todo el mundo, a uno se le abre mucho la mente. Uno se empieza a relacionar con gente de todas partes, conocer culturas como las asiáticas, musulmanes, judíos, africanos y europeos. Con la suma de todas experiencias uno se vuelve más tolerante”, explicó Palacio.
Durante más de dos años se dedicó a estudiar inglés, pero al mismo tiempo a trabajar en varios oficios como pintor, mesero, aseador de casas, oficinas, lavar platos, cajero, chef, repartidor de periódicos y volantes, entre otros. Con el complemento de sus actividades académicas sobrevivió durante este largo periodo, ahorró y aprovechó sus últimos días por fuera de Colombia para conocer cerca de 13 países en Asia y Europa.
“Salimos de las casas de nuestros padres y nos vamos a guerrearla toda y a buscar nosotros mismos el trabajo, nuestras propias cuentas bancarias. Saber que si me tengo que pasar es mí trasteo. Uno aprende muchas cosas, a tener autoestima y lo más duro es aprender a desligarse de la familia”, agregó este hombre de 30 años que viajó en principio por 11 meses, pero que luego extendió su periodo de acuerdo a las posibilidades legales que le ofrecía ese país.
Y es que muchas de las personas que hoy se van para Australia (Sídney, Melbourne, Brisbane) como lo hizo Carlos David, en un inicio lo hacen por seis meses, pero luego de estudiar y trabajar, recogen los ahorros necesarios para solicitar una extensión de la visa, bajo la obligatoriedad de seguir preparándose académicamente en ese país.
“El choque con el idioma es difícil, pero uno se la rebusca para comunicarse con señas o con las pocas palabras que sepa. Australia ofrece muchas posibilidades, hablo por mi experiencia. Todo el transporte público está absolutamente claro y perfecto, tiene horarios, rutas y todo se puede encontrar en una aplicación que es gratuita y en las estaciones. Ya queda es arrancar, perderse y empezar a interactuar, así es como se conoce. Uno se puede demorar entre 1 o 2 semanas en acoplarse, después de ese tiempo uno ya se empieza a defender “, precisó Palacio.
Posibilidades
Hoy en día Carlos David se dedica a la asesoría de personas que, como él, quieran vivir esta experiencia. Con la agencia Viajes y Viajes enseña e instruye a jóvenes y adultos las posibilidades que ofrecen destinos como Canadá, Francia, Australia y Nueva Zelanda. Teniendo en cuenta que estos tres últimos son los únicos que permiten realizar las dos actividades al tiempo. En esa primera instrucción les muestran cómo es cada país, las ciudades, qué diferencias tienen y cómo es la vida. Con esa información la gente define a qué ciudad se quiere ir y se planea el viaje.
“Hay varias posibilidades para estudiar inglés: el instituto élite, el intermedio y el económico. Casi siempre llegan preguntando por el intermedio y el económico, todos los institutos con los que tenemos convenio son certificados por los gobiernos. Por ejemplo, en Australia todos los institutos son en el centro de la ciudad. La diferencia la hacen que unos tienen más tecnología que los otros y quizá la el grado de exigencia puede ser menor, pero todos los profesores hablan inglés nativo”, señaló el asesor.
El proceso con el que se empieza a fraguar el sueño se da con la consecución del dinero y la visa que dará el permiso legal para permanecer en el país al que se viaja. Desde el instante que se toma la decisión de emprender el viaje y hasta que se llega al país de destino, la agencia acompaña el proceso y asesoría, que va desde la petición de la visa hasta las recomendaciones para obtener el dinero de financiación.
El proceso de la visa tarde cerca de tres meses, pero para acceder a esta petición la persona tiene que poseer una solvencia económica cercana a los 1.551 dólares por cada mes que se vaya a estar allá, en el caso de Australia. No obstante, no necesariamente este dinero tiene que estar en la cuenta del viajero, sino con un soporte bancario del primer grado de consanguinidad (padre, madre o hermano) que sume ese valor y que puedan demostrar en un periodo de dos meses, el mes antes de aplicar a la visa y el mes que se tarda la embajada australiana en responder la visa, pero ese dinero no se tiene que transferir a nadie.
Un presupuesto básico para una estadía de seis meses está representado el costo de los tiquetes ($5’200.000 aproximadamente), los derechos consulares, el traslado desde el aeropuerto, un alojamiento compartido por cuatro semanas, curso en el instituto (hay que pagarlo por completo con anticipación en el caso de Australia) y el seguro médico ($13’500.000).
“Otras de las posibilidades que ofrece el irse a estudiar afuera es la posibilidad de viajar a otros continentes como el asiático y el europeo. Asia, moviéndose desde Australia, es un destino muy económico en la parte sudeste. Lo que hace la gentes es que va, trabaja, estudia y luego se va de viaje a conocer otros países”, acotó Palacio.
Una de las claridades que hace él es que estas posibilidades no solo están abiertas para personas que deseen aprender inglés. Al igual, para otros estudios avanzados como maestrías, especializaciones o cursos especiales también se ofrecen las posibilidades y las ofertas del mercado.
Según el Departamento de Migración y Protección Fronteriza de Australia (Dipb), 73% de los nacionales que viajaron entre 2013 y 2014 al continente insular lo hicieron para realizar cursos de inglés, mientras que un 15% terminaron sus estudios como tecnólogos. Así mismo, 1.311 personas ocuparon 11% de la educación superior y 1% restante pertenece a becas otorgadas por el Gobierno.
De acuerdo con Migración Colombia en el periodo entre enero-julio de 2015 del país han salido 3.869 personas con destino a Australia. De ellos, 2.200 fueron mujeres y 1.669 hombres.