
Postobón es una de las empresas que nació con el siglo XX. Su capital sigue siendo ciento por ciento colombiano.
Cuando era niño en las sabanas de Mompox, Fernando González, quien hoy despacha en el bar Las Nubes, de Envigado, se dejaba sobornar por los candidatos a cuñados suyos "con una naranjada y un pan. Tan pronto sentía en mi boca el sabor picantico de esa gaseosa, que en ese tiempo, 1975, no sé, como que le echaban un poquito de gas, me hacía el de la vista gorda y el muchacho podía tomarle la mano a mi hermana y hasta darle un beso sin que me inquietara y, mejor todavía, sin que le llevara a mi papá el reporte".
Germán Arias, por su parte, quien vivió su niñez 20 años antes que Fernando, en Andes y Támesis, recuerda que la sensación entre la chiquillería era Kol-Cana, bebida parecida a la Pepsi-Cola, que para muchos era un lujo, debido a las carencias de los labriegos, que poco podían darles a los escolares para que gastaran en el recreo. "Pero a mí sí, porque mi abuelo tenía una tienda y me daba la gaseosa para llevar a la escuela".
Y es que casi todo el mundo tiene recuerdos con las bebidas de Postobón. ¿Cómo no, si esa productora nació el 11 de octubre de 1904, en Medellín? En ese momento de principios del siglo XX, cuando despuntaba la industria, el boticario Valerio Tobón Olarte, avezado en preparar fórmulas de ungüentos y jarabes, estudió la producción de refrescos. Imaginémoslo en su laboratorio, entre recipientes y frascos, aguas y colorantes, extractos de frutas y saborizantes, mezclando líquidos, unos de ellos espumosos, haciendo regueros en la mesa, apuntándolo todo en su cuaderno... hasta que, ¡eureka. consiguió emular una bebida inglesa que causaba sensación entre los medellinenses: Jewsbury & Brawn.
Este hombre recibió el apoyo de Gabriel Posada Villa, socio en la botica, quien se enteró de que otro ciudadano había intentado producir una bebida llamada Cidra Holandesa, pero fracasó y estaba vendiendo las máquinas de producción por $1.000. Corrió a comprarlas. Estas fueron su aporte a una naciente empresa en compañía de Tobón. La primera bebida se denominó Kola Champaña, aunque la gente la bautizó con el simpático nombre de la "Kola de Valerio".
Al principio, las botellas tenían tapa de bola: una esfera de cristal compacto sellaba el envase. Pero esta modalidad no duró mucho. A algunos les parecía un tanto antihigiénico que el cantinero tuviera que meter un dedo en la botella para empujar la tal bola. Se cambió pronto al corcho, asegurado con alambre.
La tapa cerrada herméticamente comenzó en 1918, tras la adquisición de Tapas Corona. Claro que además de tapas, esta empresa fabricó pomadas, sedantes, tónicos, calmantes, antipalúdicos y jarabes, como si en el alma de la compañía siguiera teniendo cabida la botica.
A lomo de mula llevaban los cajones de madera desde la primera sede, esquina de la calle Colombia con la carrera Sucre, por la ciudad y hasta las poblaciones. También en coches tirados por caballos, a cuyos zorreros les decían 'koleros'. Y en ese mundo sin afán, los dueños sí tenían prisa: abrieron sedes en Manizales, Cali, Bogotá y otras poblaciones, para cubrir las zonas más habitadas del país.
"Cuando yo era escuelero en San Antonio de Prado -ahora el que habla es Hernando Restrepo, propietario del Salón Ensueño, de Envigado- reclamaba la tapa. Levantaba el forro de corcho del interior y si encontraba el letrero "Kol-Cana paga", la guardaba para reclamar otra en el recreo del día siguiente".
Postobón ha tenido empresas competidoras y a algunas de ellas se las ha tomado. Pero se dejó sorber por Lux. Esta era una fábrica de Santander. Carlos Ardila Lulle, hombre que fue ascendiendo posiciones dentro de ella, llegó a la gerencia y fue comprando acciones de la empresa de don Antonio Gaviria, su suegro. En 1968 ingresó a Postobón. Germán Arias dice: "recuerdo que en un café en que trabajé manteníamos una botellita de Ginger vacía para medir aguardiente. Hacía un cuarto de botella exacto. En ella lo medíamos para despacharlo a los que querían llevarse esa porción, porque la FLA no había sacado la presentación de un cuarto".
EN DEFINITIVAEn 108 años, Postobón ha intentado llegar a gran parte de la geografía nacional. Actualmente, hace parte de la organización
Ardila Lulle y patrocina el campeonato de fútbol colombiano.
CRONOLOGÍA
EL NOMBRE ACTUAL TIENE 57 AÑOS
Postobón embotelló la Coca-Cola para Colombia. Este contrato duró hasta 1936.
Los directivos de la empresa registraron el nombre de Postobón. 25 años después salieron las gaseosas dietéticas.