
Si la decisión de la Corte Internacional fuera "salomónica", Colombia perdería territorio.
Con cadenas de oración y otros actos de fe, los sanandresanos esperan que la Corte Internacional de La Haya (CIJ) falle a favor de Colombia el litigio limítrofe marítimo con Nicaragua. Cualquier decisión "salomónica" no tendría nada de la misma y, por el contrario, iría en contra del dominio de Colombia en el área.
Para Colombia, se trata de un territorio que ha controlado históricamente y para Nicaragua significaría un aumento sustancial de territorio que contiene, además de los cayos, "un lecho marino y posibilidades de exploración y explotación de recursos naturales", como lo advierte el director de Derecho Internacional de Eafit, Rafael Tamayo .
Dos cosas son claras en este proceso: Colombia no pudo haber evitado el litigio y, una vez fallado, los dos Estados cumplirán la decisión, porque, a juicio de los analistas, en caso contrario los países podrían ser objeto de "medidas de retorsión, que no es el uso de la fuerza física, pero sí bloqueos o embargos", como lo afirma el profesor de Derecho Internacional de la UPB, Raúl Molina .
Colombia no pudo evitar la controversia ante la CIJ, pues a pesar de haber tenido la posibilidad de negar su jurisdicción en la definición de fronteras, esa situación hubiera traído nefastas consecuencias políticas, de acuerdo con el excanciller Fernando Araújo: "apartarse de ahí, nos dejaría aislados".
El primero de los dos escenarios posibles es que la Corte Internacional beneficie a Nicaragua con su fallo.
Ya sea, concediéndole todo lo que pide hoy, o dándole solo algunas pretensiones. En ambos casos, el país centroamericano termina con territorio marítimo e incluso terrestre que hoy no tiene.
En este caso, Colombia, que se ha reconocido como defensor del Derecho Internacional, optará por acatar el fallo, y la flota que hoy está patrullando la frontera, tendría que ser movida hasta donde el fallo lo establezca. Se trata del "panorama más oscuro", como señala el profesor Tamayo, de Eafit.
En el mapa quedarían enclavados los territorios que ya se determinaron como colombianos, es decir, San Andrés, Providencia y Santa Catalina. Eso significa que las islas como tal son de Colombia, pero las aguas que las rodean serían de Nicaragua, así como los cayos adyacentes de Serrana, Serranilla, Roncador y Quitasueño, entre otros. Con esa decisión, se desconocería la delimitación histórica que ha tenido Colombia sobre la base del meridiano 82.
Una de las consecuencias del aumento de territorio para Nicaragua, se ve representado en el potencial de explotación y exploración de recursos naturales que ahora tendría a su disposición, para sacar provecho económico o por el contrario destinarlo a conservación.
Sin embargo, la historia ha demostrado que los fallos de la CIJ, no conceden todas las peticiones solo a una de las partes, lo que le resta probabilidad a este escenario.
ANÁLISIS
ESCENARIO 1: NICARAGUA LOGRA SUS PRETENSIONES
El primero de los dos escenarios posibles es que la Corte Internacional beneficie a Nicaragua con su fallo.
Ya sea, concediéndole todo lo que pide hoy, o dándole solo algunas pretensiones. En ambos casos, el país centroamericano termina con territorio marítimo e incluso terrestre que hoy no tiene.
En este caso, Colombia, que se ha reconocido como defensor del Derecho Internacional, optará por acatar el fallo, y la flota que hoy está patrullando la frontera, tendría que ser movida hasta donde el fallo lo establezca. Se trata del "panorama más oscuro", como señala el profesor Tamayo, de Eafit.
En el mapa quedarían enclavados los territorios que ya se determinaron como colombianos, es decir, San Andrés, Providencia y Santa Catalina. Eso significa que las islas como tal son de Colombia, pero las aguas que las rodean serían de Nicaragua, así como los cayos adyacentes de Serrana, Serranilla, Roncador y Quitasueño, entre otros. Con esa decisión, se desconocería la delimitación histórica que ha tenido Colombia sobre la base del meridiano 82.
Una de las consecuencias del aumento de territorio para Nicaragua, se ve representado en el potencial de explotación y exploración de recursos naturales que ahora tendría a su disposición, para sacar provecho económico o por el contrario destinarlo a conservación.
Sin embargo, la historia ha demostrado que los fallos de la CIJ, no conceden todas las peticiones solo a una de las partes, lo que le resta probabilidad a este escenario.
ESCENARIO 2: COLOMBIA RESUELVE UN LÍO HISTÓRICO
El único panorama en que Colombia sería la gran ganadora en el litigio con Nicaragua por la frontera marítima, sería, si la CIJ, en un hecho sin precedentes, le otorga la razón completa al país y deja los límites en el mar Caribe como están en la actualidad.
Según el profesor Molina, de la UPB, "no hay antecedentes en el que los magistrados de la Corte le den la razón completa a alguna de las dos partes sino que, por regla general, dan fallos salomónicos. Y eso significa que se les reconozca parte de la soberanía de esas aguas a Nicaragua y parte de esas aguas a Colombia".
La pretensión de Colombia desde que se inició el litigio era que se mantuvieran los límites como hoy están porque mover al menos un centímetro la frontera hacia la derecha es perder territorio.
Dos consecuencias se derivarían, en todo caso, de la decisión que tome la Corte y que resultan beneficiosas para el país, en materia diplomática.
Por un lado, se resolverá el conflicto entre Colombia y Nicaragua por ese asunto. Las fronteras, islas, islotes y cayos, en disputa quedarán definidos.
Como indica el profesor Tamayo, "nos vamos a quitar el problema de encima, de que cada vez que llegue un Gobierno nuevo a Nicaragua haya que volver a discutir si los tratados son o no válidos".
La segunda consecuencia es que al definirse los límites en el mar Caribe con Nicaragua, Colombia deberá revisar de nuevo sus fronteras con países como Honduras y Costa Rica porque el meridiano 82 ha sido un referente histórico.
¿QUÉ SIGUE?
Cumplimiento del fallo de la CIJ
Luego de que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya lea la decisión, los Estados en conflicto podrán decidir si cumplirla o no. Si no la cumplieran, además de dejar que cada país tome represalias económicas y diplomáticas, el Derecho Internacional permite que la CIJ le comunique al Consejo de Seguridad de la ONU, para que ejerza también presión.
PARA SABER MÁS
Golfo de coquivacoa
El llamado por los venezolanos, Golfo de Venezuela y por los colombianos de Coquivacoa, es otro de los conflictos limítrofes que tiene Colombia. El problema, en este caso, es que Venezuela no reconoce la decisión de la Corte Internacional de Justicia en este asunto, por lo que Colombia no puede reclamar ante este tribunal su derecho. Sólo queda hacer acercamientos diplomáticos.
CRONOLOGÍA
Cerca de 32 años de conflicto
24 de marzo de 1928
Colombia y Nicaragua firman el Tratado Esguerra Bárcenas, para definir sus fronteras en el mar Caribe. Nicaragua estaba ocupada en el momento por Estados Unidos.
1 de febrero de 1980
La Junta Sandinista declara nulo el Tratado Esguerra Bárcenas y reclama el archipiélago de San Andrés y Providencia, con cayos, plataforma continental y territorio marítimo.
5 de diciembre de 2001
Nicaragua presenta ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), una demanda contra Colombia y pide nueva definición de los límites marítimos.
11 de julio de 2003
Comienza la primera audiencia en la CIJ, en la que Colombia argumenta que ese tribunal no tiene jurisdicción para seguir la demanda interpuesta por Nicaragua.
13 de diciembre de 2003
La CIJ se declara competente para dirimir el litigio y, aunque reconoce el Tratado Esguerra Bárcenas, no considera que haya definido las fronteras marítimas entre los dos países.
10 de octubre de 2012
Un barco nicaragüense se estaciona en aguas colombianas, cerca al cayo Quitasueño. La Armada de Colombia presiona su retiro y tras 28 horas lo consigue.
EN DEFINITIVAEl conflicto fronterizo entre Colombia y Nicaragua, terminará el próximo 19 de noviembre con la decisión de la CIJ.
ANÁLISIS
Fallo servirá de excusa para ocultar corrupción
Andrés Molano Rojas
Director Observatorio
Latinoamérica U. del Rosario
Desde los sandinistas, cuando llegan al poder a Nicaragua en 1979, empiezan a ser sus objeciones al tratado Esguerra-Bárcenas. Posteriormente llegan otros gobiernos pero el tema nunca dejó de moverse. Por eso no comparto con los que piensan que antes del actual gobierno de Daniel Ortega, el tema de la frontera marítima con Colombia no era tratado ni debatido. Siempre generó inconformidad, permaneció en su agenda, incluso la demanda ante la Corte Internacional de Justicia la presentó el gobierno de Arnoldo Alemán, el 6 de diciembre de 2001. Evidentemente, Ortega intentará presentar el fallo de la Corte como un triunfo suyo frente a Colombia, buscará exacerbar el sentimiento nacionalista nicaragüense alrededor de la idea de que lo que obtengan se logra ante el agresor, el imperialista, que es Colombia. Aunque el sandinismo cuenta con un gran apoyo popular, el posible fallo a favor de ellos servirá para ocultar los casos de corrupción del gobierno Ortega y lo presentará como un gran logro. Pero sea cual sea la decisión de la Corte, Colombia deberá mantener su posición de respeto y acatamiento al derecho internacional.