Un debate al rededor de la calidad en la prestación de los servicios de salud se dio en la segunda parte del Foro: El futuro de la salud en Colombia, organizado por la revista Semana, la Procuraduría General de la Nación, el IEMP, la Federación Nacional de Departamentos y la Esap.
De forma casi unánime, los conferencistas manifestaron que la calidad ha disminuido a tal punto que, en los últimos años, el colapso del sistema de salud ha afectado directamente a usuarios tanto del régimen contributivo como del subsidiado.
El vicepresidente de asuntos gubernamentales de la Federación Médica Colombiana, Germán Fernández Cabrera, describió el actual sistema de salud como una "calamidad". Además, destacó que la calidad debe medirse en términos de vigilancia y control, en aspectos como: si tiene o no ánimo de lucro, el uso de los recursos públicos como si fuesen propios, el crecimiento patrimonial de las EPS, la cantidad de carteras vencidas, insolvencia de las EPS y la limitación de la autonomía de los funcionarios.
Sin embargo, Miguel Antonio Uprimny, asesor de salud de Asocajas, contrario a la percepción de los demás invitados, asegura, sustentándose en cifras, que la cobertura del sistema de salud ha aumentado llevando equidad a los estratos más bajos.
Pero en su opinión, el problema se resume en la atención la cual recibe numerosas quejas por la falta de lo que él denomina "querendad". Además de humanizar la atención sugiere mejorar la calidad técnico-científica, pues "se han reducido las enfermedades infecciosas pero hay aumento de las crónicas".
El presidente de la Academia Nacional de Medicina, Fernando Sánchez Torres, expuso en cuatro puntos cuáles son los escenarios en los que debe medirse la calidad, que para él se resume en el grado de satisfacción del beneficiario: la técnica, la humana, el grado de equidad en la prestación de servicios y la maximización de los recursos.
Al respecto, el investigador y docente de la Universidad Javeriana, Jaime Ramírez, cuestionó el sistema de financiamiento con respecto al derecho que finalmente adquiere o no la ciudadanía. Por lo cual llama al principio de la igualdad y la universalidad en la atención.
Para tales fines, algunos conferencistas manifestaron su afinidad con el proyecto de ley 105, como el vocero de los pacientes de enfermedades de alto costo, Néstor Álvarez, quien reflexionó sobre los límites que actualmente tiene el derecho a la salud, como el pago de mensualidades y los tiempos de validez en fórmulas, autorizaciones, etc.
Del mismo modo, Álvarez se cuestiona por qué se habla de calidad en la prestación cuando hay personas que, aun con un carné, no alcanzan ni a gozar de la respectiva atención. Por tal razón, Álvarez propone eliminar las barreras de acceso para lograr que "un paciente sea atendido con dignidad en el momento en que es más vulnerable, cuando sufre una enfermedad".
Finalmente, el exministro de Salud, José Felix Patiño, dijo que es necesario un cambio en el modelo de salud que forme profesionales idóneos a través de la inversión en educación, que no coarte su autonomía intelectual y les permita decidir antes que opinar, de forma que sean fieles a su ética. Y defiende el antiguo sistema de salud, pues culpa a la Ley 100 del deterioro del servicio. "Dicen que ahora hay cobertura pero lo que tienen es carnetización, hablan de acceso pero dónde está el servicio", concluyó.
De forma casi unánime, los conferencistas manifestaron que la calidad ha disminuido a tal punto que, en los últimos años, el colapso del sistema de salud ha afectado directamente a usuarios tanto del régimen contributivo como del subsidiado.
El vicepresidente de asuntos gubernamentales de la Federación Médica Colombiana, Germán Fernández Cabrera, describió el actual sistema de salud como una "calamidad". Además, destacó que la calidad debe medirse en términos de vigilancia y control, en aspectos como: si tiene o no ánimo de lucro, el uso de los recursos públicos como si fuesen propios, el crecimiento patrimonial de las EPS, la cantidad de carteras vencidas, insolvencia de las EPS y la limitación de la autonomía de los funcionarios.
Sin embargo, Miguel Antonio Uprimny, asesor de salud de Asocajas, contrario a la percepción de los demás invitados, asegura, sustentándose en cifras, que la cobertura del sistema de salud ha aumentado llevando equidad a los estratos más bajos.
Pero en su opinión, el problema se resume en la atención la cual recibe numerosas quejas por la falta de lo que él denomina "querendad". Además de humanizar la atención sugiere mejorar la calidad técnico-científica, pues "se han reducido las enfermedades infecciosas pero hay aumento de las crónicas".
El presidente de la Academia Nacional de Medicina, Fernando Sánchez Torres, expuso en cuatro puntos cuáles son los escenarios en los que debe medirse la calidad, que para él se resume en el grado de satisfacción del beneficiario: la técnica, la humana, el grado de equidad en la prestación de servicios y la maximización de los recursos.
Al respecto, el investigador y docente de la Universidad Javeriana, Jaime Ramírez, cuestionó el sistema de financiamiento con respecto al derecho que finalmente adquiere o no la ciudadanía. Por lo cual llama al principio de la igualdad y la universalidad en la atención.
Para tales fines, algunos conferencistas manifestaron su afinidad con el proyecto de ley 105, como el vocero de los pacientes de enfermedades de alto costo, Néstor Álvarez, quien reflexionó sobre los límites que actualmente tiene el derecho a la salud, como el pago de mensualidades y los tiempos de validez en fórmulas, autorizaciones, etc.
Del mismo modo, Álvarez se cuestiona por qué se habla de calidad en la prestación cuando hay personas que, aun con un carné, no alcanzan ni a gozar de la respectiva atención. Por tal razón, Álvarez propone eliminar las barreras de acceso para lograr que "un paciente sea atendido con dignidad en el momento en que es más vulnerable, cuando sufre una enfermedad".
Finalmente, el exministro de Salud, José Felix Patiño, dijo que es necesario un cambio en el modelo de salud que forme profesionales idóneos a través de la inversión en educación, que no coarte su autonomía intelectual y les permita decidir antes que opinar, de forma que sean fieles a su ética. Y defiende el antiguo sistema de salud, pues culpa a la Ley 100 del deterioro del servicio. "Dicen que ahora hay cobertura pero lo que tienen es carnetización, hablan de acceso pero dónde está el servicio", concluyó.