
Tres de los cuerpos sin vida tenían impactos de bala en la cabeza, el otro tenía impactos en su espalda, indicó el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón. Las víctimas serían el sargento Libio Martínez, el mayor Elkin Hernández, el coronel Édgar Duarte y el intendente Álvaro José Moreno.
El ministro de la Defensa, Juan Carlos Pinzón, confirmó este sábado la muerte de cuatro uniformados en poder de la guerrilla. "Con dolor de patria y de colombiano", Pinzón reportó la muerte de los uniformados y reclamó el repudio de estos hechos por parte del mundo entero, de la comunidad internacional, de los organismos internacionales y de todos los colombianos.
En todo caso Pinzón no confirmó los nombres de los asesinados pero sí señaló que se trata de secuestrados que estaban en poder de la guerrilla y que eran miembros la fuerza pública. "Fueron asesinados cuatro secuestrados de la Fuerza Pública", dijo el ministro quien puntualizó que la información sobre las muertes se conoció a las 10 de la mañana de este sábado cuando tropas del Ejército llegaron a zona selvática del Caquetá.
Las muertes, se ha conocido, se presentaron en el municipio de Solano en el Caquetá, a 120 kilómetros al oriente del municipio de Puerto Leguisamo, Putumayo.
"La Fuerza Pública tiene el deber de velar por los derechos de todos los colombianos", manifestó el jefe de la cartera de Defensa al hacer mención al avance de militares en cercanía a la zona donde la guerrilla tenía a los secuestrados, y tras 45 días de operaciones militares en la región luego de seguimientos a una estructura de la guerrilla que según información de inteligencia tenía en su poder secuestrados de la Fuerza Pública.
"Esta mañana, luego de haber encontrado huellas las tropas se aproximaron y entraron en combate minutos después, y luego de hacer el registro se encontraron en un punto concentrados cuatro cadáveres, cuatro personas asesinadas", dijo Pinzón.
Tres de los cuerpos sin vida tenían impactos de bala en la cabeza, el otro tenía impactos en su espalda, tal como lo mencionó el ministro Pinzón, quien además precisó que en el lugar se encontraron cadenas, lo que demuestra que todos fueron asesinados con "tiros de gracia. Fueron vilmente asesinados".
Por el momento el Estado responsabiliza de estas muertes a la cúpula de las Farc, pero directamente a quien es considerado el comandante de esa facción guerrillera y a quien las autoridades identifican como alias "Porcelana".
De la misma manera, se responsabiliza a alias "Alirio Rojas", quien es considerado el responsable de mantener bajo su poder a los secuestrados.
El ministro Pizón enfatizó en su mensaje: "A las Farc y a esas organizaciones terroristas les decimos que son responsables por la vida de las personas que mantienen secuestradas. Tienen que responder por ese delito de lesa humanidad, tienen que responder por esos crímenes inaceptables".
Y agregó: "De verdad, con profundo dolor, enviamos un saludo solidario a las familias, nos duele profundamente que el dolor de esas familias hoy se acreciente, que después de años y años de estar alejados de sus seres queridos, de saber que sus seres queridos estaban siendo maltratados, deshonrados, hoy además tengan que sufrir con la noticia de la partida definitiva de sus seres queridos".
Contexto
Libio José, símbolo del dolor del secuestro
El sargento viceprimero Libio José Martínez fue secuestrado en Patascoy el 21 de diciembre de 1997 y era la persona que más tiempo pasó en poder de las Farc y el secuestrado más antiguo del mundo.
Cuando la guerrilla se lo llevó, el entonces cabo del Ejército tenía 22 años, estaba recién casado y esperaba tres meses para ser padre por primera vez.
Libio pasó más de la tercera parte de su vida enterrado en lo profundo de la selva del sur de Colombia, pese a su cautiverio seguía enamorado de su esposa, Claudia Tulcán, y le aconsejaba a su hijo (en pruebas de supervivencia) que fuera juicioso, estudiara mucho e intentara ser futbolista en el Deportivo Pasto, el equipo del que era hincha.