
La misión más ambiciosa y más cara que haya efectuado la Nasa en Marte comienza este fin de semana con la llegada de la sonda exploradora más inteligente jamás construida para una misión en otro planeta.
El explorador rodante llamado Curiosity necesitará efectuar el próximo domingo un descenso perfecto en el fondo de un cráter marciano, según la Dirección Nacional de Aeronáutica y el Espacio (Nasa).
El descenso de la sonda no será sencillo, es una maniobra muy peligrosa descrita por la Nasa como siete minutos de terror. Ese es el tiempo que tardará la nave en frenar su velocidad de 20.920 kph hasta que se pose sobre la superficie marciana con la ayuda de un paracaídas, un escudo térmico y cohetes.
Los científicos y los ingenieros estarán expectantes a 248 millones de kilómetros de distancia mientras la cápsula que transporta al explorador atraviesa la fina atmósfera de Marte.
La sonda será bajada mediante cables desde un artefacto que flotará con cohetes.
Los científicos en la Tierra no sabrán durante 14 minutos si Curiosity se posó sin problemas el domingo en la noche sobre la superficie marciana.
La expectativa
Para cuando los terrícolas reciban la primera señal de la suerte que haya tenido el explorador, se sabrá si el Curiosity estará completo y tendrá sus seis ruedas puestas en la superficie o se habrá convertido simplemente en un montón de escombros retorcidos en suelo marciano.
En caso de que todo salga bien, una videocámara a bordo del explorador habrá grabado las que serán las primeras imágenes de un descenso en otro planeta.
"Si funciona, esta misión se constituirá en un avance tecnológico importante. Es una gran apuesta", señaló el analista de política espacial de la Universidad Americana, Howard McCurdy.
La orientación en el futuro de la exploración de Marte depende del resultado de esta misión científica, a un coste de 2.500 millones de dólares, para determinar si alguna vez el ambiente marciano fue propicio para los microbios.
En misiones anteriores a Marte, los científicos encontraron hielo e indicios de que alguna vez corrieron ríos de agua en este planeta. Curiosity perforará rocas y el suelo en busca de carbono y otros elementos.
El explorador rodante se posará en el cráter Gale, ubicado cerca del ecuador marciano. El lugar es una enorme depresión con una montaña que se eleva 4,8 kilómetros desde el centro del lecho del cráter.
Los científicos consideran que Gale estuvo alguna vez lleno de agua. En imágenes tomadas desde el espacio se advierten arcillas con rastros minerales y sulfatos que se forman en la presencia de agua, en lo que son los estratos más antiguos cerca del fondo de la montaña.