
Hasta junio de este año ya habían sido asesinadas 96 mujeres, dos más que entre enero y septiembre del año anterior.
No bajan los asesinatos de mujeres en Medellín. Mientras el año pasado, entre enero y septiembre, se registraron 94, este año, en Antioquia, la cifra se trepó a 107.
Las corporaciones Vamos Mujer y Mujeres que Crean, abocaron un estudio del fenómeno de los feminicidios en la capital antioqueña, tomando como referencia el año 2011 y una conceptualización propia sobre el término feminicidio.
La investigación, que se apoya en fuentes como el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, la Policía Metropolitana y la Personería, pretende trascender las cifras de asesinatos de mujeres y enmarcarlas en un contexto más de fondo con miras a motivar, en la sociedad, una política de "debate y reflexión sobre esta problemática, que pone en vilo la integridad, protección y vida de las mujeres en nuestra ciudad", dice el informe.
"El interés del homicida (hombre) al atentar contra la vida de una mujer, generalmente está localizado en una motivación de odio y de desprecio por el ser mujer, por el cuerpo femenino. Lo anima la idea de que el cuerpo y el ser de esa mujer es su propiedad y no tolera que ella tome la decisión de romper la relación de pareja, de abandonarlo o que tome decisiones autónomas, ellos prefieren verla muerta que con otra pareja o con intereses diferentes a su relación sentimental".
El concepto es de Ángela María Jaramillo , sicóloga de la corporación Vamos Mujer, quien precisa que el enfoque de los asesinatos de mujeres desde el punto de vista del feminicidio no es nuevo, pues la perspectiva de género ya se ha establecido en la investigación social y tiene como punto de partida el interés de precisar las diferencias de las problemáticas cuando se trata de las afectaciones entre hombres y mujeres.
Se parte de la idea -dice- de que la identidad de género establece claras diferencias en los homicidios cuando se trata de que sean hombres o mujeres las víctimas, "sobre todo en el contexto de las relaciones políticas, sociales o económicas".
La sicóloga, apoyada en los estudios y análisis de expertos en el tema, llama la atención en el hecho de que mientras la mayoría de hombres son asesinados en contextos de violencia social, política y económica, las mujeres lo son en un contexto de relaciones intrafamiliares.
Una constante
La investigación de las dos corporaciones llega a la conclusión de que la violencia contra las mujeres es una constante que no cambia aunque se modifiquen las condiciones sociales de la ciudad.
Muestra, por ejemplo, que en zonas donde se ha disminuido el conflicto, bajan los homicidios, pero la cifra de mujeres asesinadas permanece en los mismos porcentajes o se aumenta.
"No deja de ser preocupante que mientras en la ciudad disminuyen globalmente las muertes violentas, los asesinatos de mujeres no disminuyen", opina Silvia María García Ángel , directora de la corporación para la vida Mujeres que Crean. Y cita los siguientes datos como sustento de su afirmación:
De 1.581 asesinatos en Medellín entre enero y septiembre de 2010, se pasa a 1.319 en el mismo lapso de 2011.
De esas cifras, en 2010, 96 víctimas de asesinatos fueron mujeres, mientras que en 2011 se documentaron 94 asesinatos de mujeres, es decir, un número casi igual.
Violencia intrafamiliar
La violencia intrafamiliar, como foco donde la mujer es la víctima más frecuente, la sustentan las cifras entregadas por el Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia de Medellín -Sisc-, las cuales muestran que entre enero y octubre de 2011, las personas registradas con afectaciones de violencia intrafamiliar en la ciudad fueron 4.076, de las cuales 3.882 fueron mujeres.
El Centro de Atención Integral para las Violencias Sexuales de la Fiscalía -Caivas- reportó, entre enero y junio de 2011, 487 casos, de los cuales 443 las víctimas fueron de sexo femenino (el 91 por ciento), y en su mayoría menores de 14 años.
El estudio de las dos corporaciones, que defienden los derechos humanos de la mujer, destaca que en las comunas de la ciudad hay marcadas diferencias en cuanto a la victimización de las mujeres.
La zona más complicada es la Candelaria (Centro), donde entre enero y septiembre de 2011 hubo 13 asesinatos con víctimas femeninas, seguida de Aranjuez, con 12, y San Javier, con 11. En Laureles, La América y El Poblado no se registraron casos (ver recuadro).
El tema en Medellín es complejo y las cifras lo indican: la ciudad carga con el 10 por ciento del total del país, que en 2011 llegó a los 1.125 crímenes y 119 de ellos se dieron en la capital paisa..
¿QUÉ SIGUE?
MEDIOS DEBEN HACER SU APORTE
Un capítulo especial de la investigación de Vamos Mujer y Mujeres que crean se centra en el tratamiento que los medios de comunicación le dan al tema. Las corporaciones y la misma Consejera de Equidad de Género piden no utilizar, en los reportes de casos, frases como "crimen pasional" o razones como que hubo discusiones, celos, drogas... No difundir imágenes de las víctimas y en lo posible contextualizar. Hacerles seguimiento a los casos.
TEXTUALMENTE
Hay que darles contexto a los crímenes
Silvia María García
Directora Mujeres que Crean
El concepto feminicidio es aún novedoso en Colombia y por ello queremos aportar reflexiones y conceptualizaciones que contribuyan a su comprensión y reconocimiento, pues solo así será posible detectar y reconocer las lógicas culturales y familiares que los generan.
Las mujeres estamos cambiando pero nuestras sociedades no. Hasta ahora los hechos y los datos nos indican que la violencia en la casa y en la calle son persistentes, la violencia, el abuso y la explotación sexual de jóvenes y niñas es alarmante. ¿Qué podemos decir de estos asesinatos de mujeres, muchos de los cuales podemos tipificar como feminicidios, no obstante las precarias condiciones para determinar desde las herramientas investigativas de las autoridades esta tipificación?
Las cifras más altas de ocurrencia de asesinatos coinciden con los lugares de mayor confrontación armada y donde hay mayor desplazamiento intraurbano.
Nombrar los feminicidios como crímenes pasionales o hechos de intolerancia es ocultar las características de las relaciones asimétricas entre mujeres y hombres.
La insuficiente información que rodea los casos impide su contextualización.
Hay poca eficacia del Estado en la prevención y sanción de los crímenes en contra de las mujeres. Es precaria e insuficiente la reacción y sanción social de muchos sectores de nuestra sociedad.
De cara a la realidad de los feminicidios deben mejorar los procesos de investigación y caracterización de los asesinatos de mujeres.