
Camilo Durán, el periodista de Caracol Radio falleció ayer, era abogado. Sus compañeros recuerdan su calidez.
Camilo Durán Casas era tan detallista, que le llevaba chocolates a Erika Fontalvo, la periodista que se sentaba a su lado en la cabina radial en la que hacían 6:00 a.m. Hoy por Hoy, de Caracol, solamente porque está en embarazo.
Eso lo contó ella ayer, entre sollozos, cuando aún no había asimilado la noticia del deceso de su amigo, la cual le transmitió su esposo con cautela, para evitarle una emoción fuerte.
Este periodista, de 58 años, quien fue sorprendido por un infarto a las 5:00 de la mañana de ayer, sin tener antecedentes de enfermedad cardíaca, era abogado de la Universidad del Rosario. Se dedicó por años a la economía: fue miembro de la junta directiva de Cromos, El Espectador y Caracol Televisión. Fue asesor de la Presidencia y gerente de Noticias Caracol.
"Cuando escuchaba música cubana, Camilo decía: 'esto es lo mío'", reveló la periodista. Fanático de Ismael Miranda y aficionado al jazz, ella lo vio luciendo una guayabera impecable en el Festival de la Leyenda Vallenata, como el mejor de los caribeños.
Bogotano clásico
Pero en esencia, él era un bogotano clásico. Más que bogotano, un cachaco elegante, "el auténtico gentleman", dijo Erika. Y Hernán Peláez Restrepo, quien lo tuvo en su equipo de La Luciérnaga, señaló que se parecía a su tío, el periodista Alberto Casas Santamaría, en cuanto a que era "un bogotano fino".
Y esta fineza se reflejaba en el humor, faceta que también se le conoció públicamente. Por ejemplo, un relato suyo en la revista Soho aludía con gracia a su incomprensión por el gusto que algunos tienen por acampar: "cada ruido que uno oye -decía su artículo-, cree que es un animal salvaje, y si no oye nada, piensa que debe haber un alacrán silencioso intentando meterse por un hueco".
Y ese humor era, puede decirse, a prueba de balas. Un día, el noticiero emitía desde Barranquilla. Habían tenido entre sus invitados a la Banda de Baranoa. Concentrado profundamente consultando sus temas, no se dio cuenta de que el bromista de Gustavo Gómez se hizo detrás suyo para hacer sonar con fuerza los platillos. Casi le da un infarto, pero no se enojó.
Twittero muy activo, Camilo Durán tenía 32.555 seguidores y seguía a 156 personas. En las redes sociales fue conocido por sus aportes inteligentes. No solo de economía, sino de infinidad de temas, porque él hablaba de todos los asuntos.
Ya es común el paradójico trino suyo, emitido el jueves pasado: "no debemos preocuparnos por la muerte, pues nunca la experimentaremos. Lucrecio".
Durán Casas, tan cálido que "era fácil quererlo", como expresó Fontalvo, estuvo casado hace tiempos, pero ya era separado. Al momento de su muerte tenía novia y dejó dos hijos, adultos ya, uno de ellos vive en el exterior, "Su hija, Ana María Durán, quien trabaja con nosotros en la Oficina de Prensa, hace una labor maravillosa", dijo el presidente Juan Manuel Santos, ayer, en Medellín.
Opinión
EN 6 A.M. HACÍA LO QUE MÁS CONOCÍA
"Camilo Durán era un tipo muy cordial. En La Luciérnaga, básicamente nos apoyaba en el tratamiento de temas económicos y políticos que tenían que ver con su especialidad en Derecho Comercial. Manejaba la terminología y explicaba los movimientos en esa materia. Creo que en su área de especialidad, en Caracol Radio no tenemos otro igual a él".
Hernán Peláez Restrepo
Director de La Luciérnaga